2008-10-29

¿Quién gobernará en EEUU?

¿Quién gobierna en EEUU?

A días de las elecciones presidenciales, conviene mirar la tesis de un libro de William Domhoff que nos abrió los ojos. La primera edición de Who Rules America es de 1967. Se trata de un acercamiento sociológico al tema del poder en EEUU. En un artículo bastante reciente (2005), Domhoff hace un análisis del comportamiento de los partidos Republicano y Demócrata, en el que señala que los sectores progresistas de EEUU no lograron beneficio de ninguno de los partidos y particularmente del Partido Demócrata hasta que el movimiento de los derechos civiles se convirtió en una fuerza indetenible. Entonces los demócratas, y los republicanos eventualmente, tuvieron que abrir espacios a esos reclamos que se hicieron populares o mainstream. Buen recordatorio para quienes confían que la elección de Obama, de por sí sola, es la solución a los reclamos de paz y mejores condiciones sociales.

En este artículo Domhoff considera que los terceros partidos no son efectivos, por lo que defiende que los progresistas o "egalitarios", como les llama, entren en coalición con los liberales demócratas, como ocurrió durate la Depresión y el Nuevo Trato. Domhoff rechaza la candidatura de Ralph Nader por restarle votos al candidato demócrata Al Gore en el 2000 y facilitar el triunfo de George W. Bush, candidato de los neoconservadores.  El análisis histórico que hace Domhoff de los partidos es valioso, aun cuando no coincida esta última apreciación de las elecciones del 2000 ni con todas sus recomendaciones para la acción política.   Lo mejor de su argumentación hace énfasis en que la participación en la política de partido debe estar asentada en el desarrollo de un movimiento social autónomo.

En otro artículo: "
Planning Through the Market"...,, Domhoff señala que los progresistas y socialistas se tienen que quitar de encima el mono de la planificación central y su aversión por el mercado. Coincido en este planteamiento. Hay que mirar de cerca las experiencias de la URSS y la RPCh , en las que la burocratización y la planificación central o totalitaria asfixiaron las fuerzas productivas, condenando al fracaso el experimento socialista.  Cabe añadir  que la historia reciente demuestra que las elites y las oligarquías de hoy se sienten cómodas gobernando a través de la burocracia, del capitalismo de estado o mediante el "socialismo" de planificación e intervención del Estado de welfare (que lo mismo le ofrece mantengo a las corporaciones para minimizar los riesgos de sus operaciones y asegurarles una tasa de ganancias, como a los grupos marginales para controlarlos). El caso del reciente bailout de Wall St. debe sobrar como muestra de una plutocracia que ocupa el estado central para usufructar los beneficios de la producción social, mientras socializa los costos y las pérdidas asociados con la operación de negocios. De facto, a la oligarquía se le hace cada vez más difícil gobernar con un estado minimalista. (Hace un tiempo suprimo los deseos de decirle a los sindicalistas de la UTIER que dejen de proclamar que la AEE es una agencia pública porque, lo real es que se trata de un ejemplo de una empresa privada que socializa los costos. La AEE es un típico ejemplo de monopolio del estado capitalista, en el que las ganancias son privatizadas (bonistas, contratistas, alta gerencias y políticos) mientras los costos y las pérdidas son socializadas mediante las altas tarifas e ineficiencias operacionales.)

Volviendo a Domhoff, según su primer artículo sobre acción política, ambos partidos son controlados por sectores que cruzan filas para proteger sus intereses económicos y políticos y proteger a las grandes corporaciones y a la clase política.   Ejemplos recientes son la inmunidad otorgada a las telecoms en las últimas enmiendas a FISA y el bailout de Wall St. Quizá con Obama los sectores progresistas, consideran que cuentan con una opción a lo Domhoff. Cobijo serias dudas, como he expresado antes.  Obama no es John Lewis y hoy no existe un movimiento popular de desarrollo similar al de derechos civiles de MLK. Obama es, por propia decisión del candidato, la ficha a la que apuesta una asustada oligarquía.   En cambio, existe, en mi opinión, la posibilidad de una alianza entre grupos progresistas que votan demócrata y grupos constitucionalistas en el mundo conservador-libertario.   Para derivar las estrategias pertinentes a nuestros días, conviene mirar la reconfiguración del mapa político de EEUU.  El país que entró al Siglo 21 como única potencia, hace seis décadas practicaba la segregación racial y hoy eligirá a un candidato afro-judío-norteamericano.

Los objetivos comunes de esta posible alianza cross-party, cross-cultural: el respeto a los principios constitucionales, el fin del intervencionismo militar de EEUU, la renuncia a instituciones del poder económico global (World Bank, IMF, etc.), educación y servicios de salud para todos y una política fiscal y monetaria saludable.




Entonces los que gobiernan son mayordomos de los círculos de poder económico


Who Rules... analiza el funcionamineto de organizaciones de la "sociedad civil" que son parte del sistema de la clase gobernante. Una de estas es el notorio Council of Foreign Relations ¿Llega un aspirante a ser candidato del partido demócrata o republicano si no pasa el screening del CFR? Curiosamente el CFR se fundó en la misma década de la creación de la Reserva Federal, por los barones industriales que habían ascendido a la próxima etapa de capitalismo financiero. El sistema de banca que se legisló puso a las zorras a cuidar de las gallinas.



Cuando un candidato no pasa el "screening", la Prensa lo califica como non-electable. (¿Se acuerdan de Howard Dean en el 2004, que tampoco era "electable", según MSM?)



Sí, los votantes escogen. Escogen entre dos paquetes elaborados por los centros de poder. Cuando los precandidatos pasan el "screening" y sólo quedan dos, los ponen a debatir y los periodístas escogidos le hacen las mismas y las mismas preguntas superficiales, lo que le permite a los candidatos contestar con superficialidades y vaguedades. Así evitan las preguntas sustanciales les comprometan con el electorado. Y a eso apuestan los poderosos, pero también tienen un plan b, por si el modelo falla.

Con todo, no pueden gobernar de manera absoluta porque existe una tradición política de democracia, aunque cada vez más limitada, una historia revolucionaria, porque se trata de un país muy grande y diverso y porque demasiada gente posee y sabe usar armas. Más, sobre las candidaturas amañadas en una próxima entrada.

(Perdonen los brincos temáticos. Como decía don Pepe Ferrer Canales: "Así es la imaginación".)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola

No conocía de ese artículo “Planning Through the Market”. Comparto su tesis. No entiendo como se puede seguir planteando que la culpa de los males económicos y sociales lo tiene “el neoliberalismo salvaje”, cuando una y otra vez se demuestra que lo de Laissez faire no es más que un mito de la derecha, porque a la hora de la verdad la oligarquía siempre recurre al estado para que lo salve del mercado cuando no le conviene. En Puerto Rico lo vimos con los supuestos “neoliberales” de los desarrolladores, que impulsaron un proyecto para que se les privilegiara en el mercado, y ahora en EE.UU. el camarada Bush está en vías de nancionalizar parte de la banca. Ojalá tuviéramos un sistema neoliberal, que podrá no ser la meta más deseable pero de seguro es mucho más justo que un capitalismo oligopolista con intervenciones del estado a favor de los más fuertes.

Sobre el enamoramiento de la izquierda con el estado también el comentario es acertado. Bajo el simplismo de que tal o cual cosa es “del pueblo” o, como dicen aquí, “patrimonio nacional” se evita reconocer que estas llamadas propiedades públicas no son más que otro sistema monopolista donde una pequeña élite hace y deshace a su antojo. Yo no veo la AEE ni la AAA, por ser públicas, más cercana a mi que Walmart o Borders. Podrán ser, de yure, propiedad “del pueblo” pero en la práctica es tan corporación privada como cualquiera, pero con el gravamen de no tener ninguna amenaza de extinción por no tener competidores.

Muy interesante también el análisis de los terceros partidos y el desarrollo de movimientos sociales autónomos. Me está muy curioso las semejanzas de la dinámica política con la económica: supuestamente existe un sistema pluripartidista (como el neoliberalismo en la economía), pero en esencia todo se reduce a un sistema bipartidista muy homogéneo, tanto que a veces parece un sistema monopartidista. Es como si luego de crear la percepción general, tuvieran la libertad de cambiarlo todo.