"La nación sabe bien que uno de los costos de la Primera Enmienda es que protege las expresiones que detectamos lo mismo que las que abrigamos." escribió el juez Anthony Kennedy en la opinión de la mayoría que suscribieron otros tres jueces: Roberts, Ginsburg y Sotomayor. Los jueces Breyer y Kagan concurrieron pero reclamaron un proceso de escrutinio intermedio.
En la Cámara de Representantes se ha peresentado una enmienda a la ley para convertir esta acción en delito sólo si se hace con el propósito de lucro.
El director del Thomas Jefferson Center for the Protection of Free Expression, quien participó como amigo de la corte, se expresó sobre la decisión del Supremo.
”I have yet to meet anyone who condones lying about military honors, but this case is about far more than that. The larger issue is whether the government should have the authority to determine the truthfulness of speech and criminalize any statement that fails to meet the government’s standard. Justice Kennedy got it exactly right that in a free society “[t]he remedy for speech that is false is speech that is true.”
No conozco a nadie que condone mentir acerca de los honores militares, pero este caso es acerca de mucho más que eso. El asunto de importancia es si el gobierno debe tener la autoridad para determinar la veracidad del discurso y criminalizar declaraciones que no cumplan con los estándares del gobierno. El Juez Kennedy acertó con precisión: en una sociedad libre "[e]l remedio para el discurso falso es el discurso veraz."
"Nuestra tradición constitucional se resiste a la idea de que necesitemos el Ministerio de la Verdad de Oceanía", añadió Kennedy en obvia alusión a la novela 1984. El caso es United States v Alvarez.
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