Irán: la protesta pasa a las fábricas, se repliega a las azoteas, vuelve a la calle
En un informe al parlamento de Israel la semana pasada, el jefe de la Mossad anticipó la disminución de las protestas en Irán hasta desaparecer. Meir Dagan comentó que las manifestaciones sólo tendrían consecuencias internas y no alterarían el futuro del programa nuclear de Irán. Haretz reporta que Dagan prefiere a Ahmadinejad porque es más difícil convencer al mundo de qué Irán constituye una amenaza si gobierna un reformista como Mousavi. Dagan restó importancia a las manifestaciones señalando que ocurrieron sólo en Teherán y en lugares dispersos y al fin de cuentas quien maneja el poder es el Ayatolah Khamenei. (Aunque hay observadores que afirman que el poder real actualmente lo ejerce la Guardia Revolucionaria.) A principios de este año el jefe militar de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, señaló que para ganar la guerra en Afganistán era necesario involucrar a todos sus vecinos, incluyendo a Irán.
En una análisis sobre la situación actual para Stratfor, George Friedman escribe que las recientes elecciones han convertido a Ahmadinejad en el presidente más poderoso de Irán y tendrán como resultado una poderosa sociedad entre el presidente y el líder supremo Ayatolah Khamenei que coloca a otros líderes religiosos y sectores de la elite en desventaja. Del entrelíneas del análisis se desprende que los sorprendentes números electorales de Ahmadinejad se manufacturaron para colocarlo en igualdad de condiciones con Obama en anticipo a las negociaciones entre ambos países. Iraq busca un rol de mayor importancia en Iraq y el resto de la región y EEUU busca el fin del programa nuclear iraní, objetivos que ninguno desea conceder. Por lo pronto, en opinión de Friedman, existe un tranque. Juan Cole, especialista en Medio Oriente, advierte que es poco lo que Obama puede para evitar la represión en Irán, por lo que debe abstenerse de crear expectativas. Aunque Cole opina que las elecciones fueron fraudulentas, piensa que EEUU debe mantener manos afuera y dejar que los iraníes resuelvan este conflicto. Mientras tanto la situación que concierne a los iraníes, no es de política internacional, sino de derechos humanos.
A pesar de que algunos detractores del movimiento de protestas intentaron minimizar su importancia alegando que se trataba de un movimiento de clase media de estudiantes pro Occidente, las manifestaciones contaron con la simpatía de sectores obreros y populares. La expresión de solidaridad de una unión de la industria automotriz en Teherán añadió un elemento significativo en esta jornada de movilización contra el régimen. La información no alcanzó la MSM, pero fue destacada en Londres por órganos de prensa de organizaciones de izquierda y por blogueros en EEUU, quienes reportaron protestas de brazos caídos en los dos turnos en Khodro, la mayor automotriz del Medio Oriente. Los trabajadores de Irán han venido luchando por décadas por el derecho a la organización sindical y a la huelga. En marzo pasado varios dirigentes fueron arrestados y sentenciados a cárcel y castigos físicos por participar en el 2008 en una marcha del 1ro de Mayo. Los sindicatos independientes están prohibidas en Irán. La unión de choferes de autobuses público ha convocado a demostrar solidaridad con los grupos que protestas, aunque ha hecho claro que no apoya a ninguno de los candidatos electorales.
Mousavi aún no se da por vencido. Sabe que la ruptura de la elite es profunda y la legitimidad de Khamenei ha sido herida, incrementando sus posibilidades. Los iranís también lo saben y tampoco se dan por vencidos. Contrario a los análisis superficiales de izquierda que proponen que los iraníes muerdan el plomo y se sometan a Ahmadinejad porque ha dicho cuatro cosas contra Washington, mientras se somete al FMI, Mike Alis ofrece un análisis más compasivo y acertado de la situación en Irán. En resumen: que los iraníes tienen derecho a luchar contra el régimen teocrático feudal que los asesina, aunque Washington se alegre. Ayer la protesta, diezmada a golpes, se reconocía sólo por los gritos de ¡Allah akbar! desde las azoteas. Hoy los iraníes volvieron a la calle a chocar con el régimen. Ni importa el resultado de esta jornada, el régimen habrá sufrido irreparablemente y el mundo habrá caminado adelante.
A pesar de los esfuerzos por aislar a los manifestantes del resto del mundo, los blogs, foros, redes sociales electrónicas siguen creciendo. El decrépito régimen ayatolah ya no es capaz de aislar a los que protestan porque hoy la libertad de información no es un abstracto, es una red de millones de seres humanos que no responden a ninguna autoridad y concurren en solidaridad con los que arriesgan sus vidas en Irán. Esta colaboración global a través de la red cibernética mundial es el rasgo más distintivo de esta jornada revolucionaria.
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