El azúcar y el cáncer

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El domingo pasado, 60 Minutes-CBS presentó un reportaje en torno al consumo y adicción del azúcar y sus efectos en el aumento en enfermedades degenerativas como el cáncer, la diabetes, la hipertensión y otros.

Hace mucho años que mi amigo y naturópata certificado José Luis Moya (no le gustan que le llamen doctor) me viene hablando de la conexión entre el consumo del azúcar y el cáncer. Moya no es vegetariano ni aconseja dietas vegetarianas a menos que se esté dispuesto a una dieta de crudos que incluya tubérculos como el ñame. "Los vegetarianos se me están muriendo de cáncer", se ha lamentado en mucha de nuestra conversaciones. Particularmente, se refería a dietas bajas en proteínas y grasas naturales y de alto consumo de carbohidratos, particularmente frutas o derivados como las frutas secas y  jugos y bebidas.  Las frutas tienen un algo contenido de azúcar aunque se le llame fructosa. Las menos ofensivas son las fresas y la piña.  Los seres humanos no evolucionamos comiendo azúcares, dice Moya.  Todas las azúcares son similares: dextrosa (maíz), sacarosa (caña de azúcar y remolacha), fructosa (frutas y azúcar de caña o remolacha), HFCS o sirope de maíz con alto contenido de fructosa (la peor). 

No obstante, las frutas frescas tienen el beneficio de la fibra y de los fitonutrientes.  Hay endulzantes naturales con azúcares complejas que toman más tiempo en entrar en la corriente sanguínea y, dependiendo cómo se acompañen, tienen un índice glicémico menor (la capacidad de aumentar el azúcar en la sangre): sirope de maple , miel y agave (éste con el índice glicémico más bajo), no obstante siguen siendo azúcares. La estevia es una yerba que ha sido usado por los indios del Paraguay desde siempre. Parece tener efectos neutrales y hasta cierto efecto beneficioso en la tolerancia a la glucosa.  Pero en general, la dieta debe estar balanceada con proteínas, grasas, fibras y carbohidratos complejos.  Aun los naturópatas que trabajan con la dieta de papa y zanahoria insisten en el consumo de amino ácidos como en la levadura de cerveza y de grasas como las de aceite de oliva y maíz.  En fin, el asunto es que las azúcares se han convertido en una parte desproporcionada de la dieta promedio y ha tornado en adictos a la mayoría de las personas.  En EE.UU., el consumo anual promedio es de 60 lbs. de azúcar en alimentos procesados y otras 60 lbs. de azúcar añadida a los alimentos en la mesa o en la confección de alimentos. Sus estragos se hacen sentir en la salud y bienestar de las comunidades del planeta.  Los esfuerzos por contrarrestar el consumo de azúcar se enfrentan a la poderosa industria de dulces y alimentos procesados de todo tipo (una lectura de las etiquetas de los productos elaborados revela que la mayoría contiene algún tipo de azúcar) y a los intereses de la industria de la salud que, contradictoriamente, mantiene un interés velado en los altos índices de enfermedad y disfuncionalidades físicas y mentales de la población, sumado a los intereses de grupos políticos y de las burocracias de gobierno interesados de hacer uso de los mecanismos de subsidios y controles para favorecer a ciertos sectores ideológicos o a empresas económicas.

Es muy positivo que la denuncia del consumo y adicción de azúcar y su impacto en la salud haya llegado a un medio de difusión masiva como CBS.  Se trata de un avance en la conciencia para recuperar el control de nuestros cuerpos colonizados por las megas industrias.  Si alguno tiene dificultad en correr el vídeo del programa, puede abrirlo aquí: Is Sugar Toxic?