Desde ayer tarde la escena egipcia se transforma en un campo de batalla urbano que cobra la vida de cinco manifestantes y cientos de heridos. El anuncio de Mubarak ayer de que no se postulará en las próximas elecciones no conmueve a los manifestantes que no creen en su palabra y se rehusan a darle más tiempo a un déspota de treinta años. Cuando los que protestaban rehusaron las instrucciones de desbandarse, grupos a favor de Mubarak penetraron la manifestaciones en Cairo y en Alexandria cargando contra los manifestantes. Los grupos de protesta identificaron el suceso como una operación del régimen para crear el caos y darle al régimen mayor poder de negociación. Hoy, tras varios días sin ser vista, la policía se hace otra vez visible.
El ID de un policía sin uniforme apresado por los manifestantes |
Voceros de la protesta aseguraron que se trataba de policías sin uniforme, allegados a las fuerzas de seguridad del régimen y lúmpenes contratados al momento. Los ataques por turbas y arrestos de periodistas extranjeros producen la condena de los gobiernos de Washington y Europa.
El régimen niega responsabilidad en los ataques. La ONU pide que Mubarak se vaya ahora. El gobierno egipcio declina la invitación. Clinton le exige al nuevo vicepresidente de Mubarak, el carnicero Suleiman, una investigación de los ataques violentos a los protestantes y a la prensa. Obama reza. Suleiman agita la auto determinación y el nacionalismo para defender la permanencia de Mubarak mientras se produce el "diálogo" con la oposición que se inicia formalmente, pero sin resultados reales. Los Hermanos Musulmanes no participan de la reunión y elBaradai dice no participa mientras Mubarak no renuncie. Un líder del partido liberal de oposición se añade al boicot. El nuevo primer ministro egipcio pide excusas por la violencia en la calle y promete una investigación, muestra que tras el caos de ayer la presión internacional se hace sentir y de posibles quiebras al interior del régimen. La relativa neutralidad de los mandos militares revela el interés de proteger el futuro de las fuerzas armadas en un probable nuevo arreglo en la región. Algunos analistas señalan que EEUU e Israel tienen capacidad para adaptarse a un Egipto democrático. Quien tiene más que perder son los mandos de inteligencia y seguridad responsables por crímenes de lesa humanidad y quienes nada compondrían en un futuro arreglo democrático. Son los que ahora atacan a la multitud pacífica. El caos puede sea su última arma de negociación. La dinastía Saudí y Fatah ve con buenos ojos que Mubarak resista.
Eliminar a los testigos
El ministerio de Interior y las fuerzas de seguridad se encargan de impedir la labor de las prensa mundial elicitando la condena de EEUU, la ONU y Europa. Obama responde pidiendo que la transición se dé ahora. El mayor temor es que el ejército se vuelque contra las manifestaciones, pero hasta ahora se reportan intervenciones del Ejército sólo para reducir los enfrentamientos y cuando turbas del régimen atacan periodistas. Al-Arabiya, ABC, CBC, CNN, Fox, BBC, AP, Zvezda TV, France 24 son algunos de los medios que reportan detenciones, ataques, confiscación de equipo y materiales por las fuerzas pro Mubarak. Se informa que las autoridades egipcias presionan a los hoteles para que no extiendan las reservaciones de periodistas. Los blogueros están bajo fuerte persecución y sus publicaciones obstruídas.
Al Jazeera es el medio más acosado. Sus licencias de trasmisión canceladas, sus reporteros detenidos, equipo y materiales confiscados. Ha tenido que depender de reporteros locales que se meten entre la multitud con pequeñas cámaras. Esta mañana no pudo continuar con la trasmisión en vivo, pero en una feliz muestra de solidaridad diez canales de noticias en la región han comenzado a repetir simultáneamente las sus trasmisiones.
¿Y ahora?
Los acontecimientos de anoche pudieron servir antesala de una represión generalizada que hiciera de la región un gran campo de batalla que involucre a las potencias. Ayer y antier era el momento de decirle a Mubarak que tenía que irse o de lo contrario..., de iniciar un gobierno de transición y organizar elecciones con monitores nacionales e internacionales. Pero ciertos brillantes analistas de la política mundial y bastante cabilderos aguzaos insisten en la narrativa de Kerensky y del Shah de Irán y ayudan a envalentonar a Mubarak que, como todo déspota, sufre de delirio de invencibilidad. Ayer y antier era el momento de mostrarle a los ojos que observan por todo el planeta que la transición pacífica a la democracia es posible, que no es necesario otro baño de sangre ni otra conflagración mundial para que la humanidad adelante sus causas. Quizá habría bastado una resolución del Congreso para detener la ayuda militar de EEUU a Egipto. La intervención del ejército para evitar más choques puede ser positiva en cuanto a evitar más sangre, pero no resuelve la situación que requiere mayor creatividad del movimiento popular para evitar la recuperación de Mubarak.
Una triste reacción tardía
Tan tardías como las enmiendas que trata ahora de hacer el régimen de Mubarak y las expresiones de santurronería de Occidente es la decisión de la Internacional Socialista de expulsar al partido de Mubarak (Partido Nacional Democrático) de sus filas. Como si nunca hubiesen sabido de los continuos reclamos por tortura, persecución y violación de derechos humanos en Egipto que datan de demasiados años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario