El monopolio del café
Si esto no es un monopolio, yo no sé lo que es un monopolio. Con la adquisición de la torrefactora de Encantos de Puerto Rico en Bayamón- la segunda empresa de café que compra en menos de tres meses-, Puerto Rico Coffee Roasters se convierte en la elaboradora y distribuidora del grano más grande en la Isla, comprando el 90% de la producción de los caficultores y controlando el comercio local del café al detal.
¿La Oficina de Asuntos Monopolistícos se habrá enterado? La página electrónica de la OAM del Departamento de Justicia de Puerto Rico es tan parca que uno pensaría que las autoridades evitan que el ciudadano común conozca las leyes y reglamentos aprobados para "prohibir las prácticas monopolísticas y proteger la justa y libre competencia en los negocios y el comercio” como reza el título de la ley al efecto. En Puerto Rico se hace poco, muy poco para enfrentar el creciente problema de la concentración económica y la operación de monopolios. En las últimas décadas sólo se puede hablar de legislación tímida para enfrentarlos y promover la competencia en los mercados. El problema del monopolio se manifiesta de forma dramática en el área de distribución y venta de alimentos y comestibles. Hace unos años cuando WalMart se aprestó a comprar la cadena de supermercados Amigo, el Departamento de Justicia local intentó detener a la mayor cadena detallista del mundo. El reclamo de grupos de detallistas locales hizo eco en 19 estados que se unieron al reclamo como amigos de la corte. No obstante, el Departamento de Justicia del gobierno de Calderón optó por negociar el pleito y quedó en el aire el asunto del comercio de monopolio. El Tribunal Supremo tampoco aceptó intervenir en auxilo del reclamo de pequeños comerciantes y consumidores.
La concentración económica y geográfica de los comercios de comestibles ha dejado sin oferta a muchas áreas geográficas y a sectores sociales que carecen de transporte individual: ciudadanos de mayor edad y menores, incapacitados, residentes de bajos recursos. Mientras, la mayoría de los residentes de la isla se ve obligada a recorrer grandes distancias en sus vehículos para adquirir comestibles, abonando a la ineficiencia del transporte individual y recargando el presupuesto familiar. Hace unos meses y en ocasión de anunciarse la venta de la cadena de Supermercados Grande, el Centro Unido de Detallistas pidió una investigación de las violaciones a la ley anti-monopolio local por parte de grandes empresas. La distribución de alimentos es un asunto demasiado importante para los puertorriqueños y el gobierno debiera demostrar cero tolerancia ante las violaciones de ley y a la corrupción oficial y extra oficial para beneficiar a un menguado sector de empresas a costa del bienestar general.
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