María Amelia, la bloguera mayor, se ha ido
... poco después de otra querida bloguera.
María Amelia López tenía 97 años. Partió el miércoles pasado desde su hogar en Galicia. Cuando cumplió 95, su nieto, quien ella cuenta era muy tacaño, le regaló un blog. Fue éste el regalo menos costoso y mejor de su larga vida. María Amelia contaba que su blog A mis 95 cambió su vida. Yo digo que cambió también a la blogosfera al mostrar a muchos las posibilidades para la reinvención de vidas y vocaciones. María Amelia se convirtió rápidamente en una celebridad internacional, recibió más de millón y medio de visitas y fue entrevistada cientos de veces desde todas partes del mundo. Fue la primera nonagenaria bloguera, pero Olive Riley, una australiana centenaria de ingreso posterior, fue luego reconocida como la bloguera de mayor edad, hasta su muerte en el 2008 a los 108 años. Justo cuando la blogosfera lamentaba su partida, descubrimos que otra mujer, Ruth Hamilton de la Florida había blogueado hasta los 110 años. Estas tres mujeres descubrieron el Internet a una edad cuando la mayoría de los humanos han pasado a otra vida. Fundaron, sin proponérselo, una tendencia en la blogosfera que ha sido denominada "legacy blogging", que no es otra cosa que la oportunidad de que los ancianos compartan su sabiduría y experiencias con generaciones más recientes, cosa imposible con los medios propios de la Era Industrial.
A Ma. Amalia la leía a menudo y tuve la intención de dedicarle una entrada hace unas semanas, en ocasión del encuentro de blogueros celebrado en Caguas y particularmente cuando descubrí su plantilla de exponentes compuesta exclusivamente de varones en su peak. Nunca encontré la ocasión. Poco después de esa actividad lloramos la partida de la entrañable amiga Sandra Rodríguez, comunicadora, guionista, educadora, estudiosa de la cosmogonía taína, quien se insertó en la blogosfera casi a la par conmigo con Quincunce Boricua. Sandra no estaba entre las de mayor edad en la blogosfera, pero un poco de más tiempo y, por su erudición, habría sido reconocida como pilar del "legacy blogging" en la blogosfera riqueña, de no haber marchado a destiempo.
Nada hay seguro en esta vida y el Internet no es la excepción. Una mañana nuestro modem murió y estuve desconectada por más de una semana. Esta mañana cuando me conecté, me dispuse a leer a María Amelia y supe de su partida. A Sandra y a María Amelia, las echaré mucho de menos. En honor a sus memorias me propongo, siguiendo sus ejemplos y los de otras, bloguearme la vida hasta el último instante.
3 comentarios:
Myrisa:
Me he hecho una imagen tuya de una persona joven... Me imagino que no perteneces al "legacy blogging" aunque pudieses estar bajo el manto de los "baby boomers"...
Con esta imagen, y lo que has dicho, espero seguir leyéndote por muuuucho tiempo...
Elco, joven era Ma. Amelia y también Olive Riley, aunque sus envolturas quisieran contradecirlas. Ese es el punto, que estos medios permiten la expresión de forma horizontal sin la usual jerarquización por clases, profesión, edad, raza, nacionalidad, sexo, preferencia sexual o generación, creando así "naciones virtuales" que habitan en el mundo entero y en ninguna parte y son definidas por reglas nuevas que no corresponden a los usuales poderes sociales. No, no pertenezco, en edad fisiológica, a los "legacy bloggers", pero ello es inmaterial. Quizá sí pertenezca, en que conozco experiencias que nuevas generaciones no alcanzan.
Desde el blog en apoyo al “Premio Maria Amelia López Soliño” a la mejor bitácora escrita por una persona de la tercera edad, te agradecemos el cariñoso comentario de condolencia dejado en su blog, así como el post tan emotivo de homenaje que le dedicas, y te animamos a estimular a los más mayores a seguir su ejemplo.
Un saludo afectuoso.
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