La cobertura de la prensa de Puerto Rico sobre las vistas senatoriales para evaluar la designación de Eric Holder como secretario del Departamento de Justicia de EEUU se enfocó en la posición que hace poco menos de una década asumió el nominado con respecto a la clemencia ejecutiva concedida por el presidente Bill Clinton a un grupo de nacionalistas puertorriqueños (asunto de poca importancia en este momento). Pero el asunto que debió discutirse a raíz de lo ocurrido en las vistas, a saber, la interrogante de qué, si algo, hará la administración Obama con respecto a los crímenes cometidos por funcionarios de la administración Bush, fue ignorado por los medios en Puerto Rico.
A preguntas del presidente de la Comisión de lo Jurídico del Senado, Patrick Leahy, Holder declaró, sin titubeo, que la técnica de asfixia con agua, comúnmente conocida como “waterboarding”, es tortura, y, por ende, un acto criminal. Debido a que el vicepresidente Dick Chaney y el director de la CIA, Michael Hayden, reconocieron que durante la administración Bush esa técnica fue utilizada contra prisioneros bajo la custodia del gobierno de EEUU, ello implica que desde el punto de vista del secretario de Justicia entrante la comisión del delito fue admitida. Pero tal y como destacó el profesor de Derecho constitucional Jonathan Turley en el Rachel Maddow Show, es preocupante que durante las vistas ni Leahy ni algún otro senador hizo la pregunta de seguimiento de rigor. Es decir, ningún senador le preguntó al designado secretario si los funcionarios que autorizaron el uso de “waterboarding” serán procesados criminalmente y si es razonable que el funcionario responsable de hacer cumplir las leyes de EEUU rehúse encausar a los responsables de un acto que según él constituye un delito.
1 comentario:
Las preguntas de seguimiento no se hacen cuando la respuesta puede ser más precisa de lo que se esperaba. El que hace la pregunta también puede salir salpicado en ese lío.
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