Foto Indymediapr.org
Desde esta parte del mundo donde los periodistas pueden cuestionar a un gobernante y un cantante popular usa los premios MTV para llamarle hijeputa. Donde los ciudadanos podemos hacer marchas en contra del gobierno, hacer discursos de resistencia y de desobediencia civil que se trasmiten por radio, TV, Internet y son reproducidos por la prensa local, por la de EEUU e internacional. Donde hay prensa estudiantil sufragada con fondos públicos que reportan libremente las protestas. Donde podemos bloquear los expresos y las vías principales, llevando pancartas que maldicen a los gobernantes, tirarles huevos y luego burlarnos de ellos llamándoles fascistas y mamaos. Desde aquí, donde, tras la protesta, el gobierno recogerá la basura que dejamos y limpiará las paredes que embarramos de grafiti y donde podemos esperar, con todo el derecho que nos asiste, que llegaremos a nuestras casas sin que nos sigan las fuerzas de seguridad para que, desde nuestra privacidad, sigamos blogueando, twiteando, facebookiando nuestra protesta y al otro día- si nos da la gana- nos podemos subir a un avión para ir a la ONU a denunciar a EEUU y su yugo colonial. Desde este punto de libertades civiles en el Caribe, queremos dedicar esta entrada a una bloguera cubana, periodista ciudadana, que mantiene un blog sencillo desde el que ha querido compartir con el mundo lo que ve y lo que siente desde el lugar de la humanidad que le ha tocado vivir.
Ese lugar queda lejos de Finlandia donde ya la conección a Internet es un derecho; queda lejos de EEUU donde un presidente reconoce el papel del periodismo ciudadano. No es el país del imaginario traficado por Claridad. Es el país de carne y hueso que describe y relata la cubana Yoani Sánchez desde su blog Generación Y. Yoani, sin proponérselo, se ha convertido en el augurio del fin de lo que queda de una revolución secuestrada, muerta por asfixia y momificada. Tal vez por ello han intentado censurarla, ningunearla, invisibilizarla. Seguramente por ello tiene un millón de hits mensuales, una red de blogueros que la traducen a varios idiomas y es, en estos días, reconocida fuera de su país por los premios María Moors Cabot de la Escuela Graduada de Periodismo de la Universidad de Colombia. Yoani no pudo ir a New York a recibir su premio. Las autoridades de su país que se adjudican el derecho histórico-divino a controlar la vida y el movimiento de sus ciudadanos, no le han permitido salir de la isla. Tal vez por envidia, porque su mundo se extingue y el de Yoani se expande.
Yoani y sus amigos, también excelentes blogueros, celebraron en su casa el reconocimiento recibido. Yoani envió un mensaje y pegó en su blog varios vídeos relacionados a su premio y a las gestiones que hizo para viajar a New York. Aquí copio el que me pareció describe mejor la causa de Yoani y de sus compañeros blogueros: el momento en que recibe la negativa final de boca de un burócrata de ínfima categoría que le dice que NO, que no tiene autorización para salir. ¿Por qué? Porque NO, porque el régimen lo dice.
Y para cerrar, qué viva el derecho a la protesta que existe para recordarle a los gobernantes los límites de su poder, se llamen éstos Fortuño o Fidel.
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