2009-09-03

¿Es Obama un líder para el cambio?

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 Por vía de El Divario nos llega esta crítica al liderato de Obama del laureado periodista y documentalista australiano John Pilger.

La traducción al español que sigue es de Shangay Lily y la reproducimos aquí con su autorización.
John Pilger “Obama e Imperio: el último tabú de Ámérica” [traducción]

El inteligente joven que recientemente llegó a la Casa Blanca es un excepcional hipnotizador… en parte porque, en efecto, es extraordinario ver a un afroamericano en el pináculo del poder de la tierra de la esclavitud. Sin embargo, estamos en el siglo XXI y la raza junto con el género, e incluso la clase, pueden ser unas muy seductoras herramientas de propaganda. Porque lo que a menudo se olvida y lo que, creo yo, importa por encima de todo, es la clase a la que uno sirve.

El círculo íntimo de George Bush, desde el Ministerios de Asuntos Exteriores hasta el Tribunal Supremo, era quizás el más multiracial de toda la historia presidencial. Era políticamente correcto por excelencia. Miren a Condoleezza Rice, Colin Powell… También era el más reaccionario. La mera presencia de Obama en la Casa Blanca parece reafirmar la nación moral. Es el sueño de cualquier marketing. Pero, al igual que Calvin Klein o Benetton, es una marca que promete algo especiál, algo excitante, casi atrevido, como si pudiese ser radical, como si pudiese generar un cambio. Hace que la gente se sienta bien, es un hombre posmoderno sin fardos políticos… y todo eso es falso.

En su libro “Sueños de mi padre” Obama se refiere al trabajo que consiguió tras graduarse de la Universidad de Columbia en 1983. Describe a su empleador como, y cito, “una consultoría para corporaciones multinacionales”, fin de la cita. Por alguna razón no dice quién era su empleador o qué hacía alli. El empleo era una corporación empresarial internacional algo que tiene un largo historial como proveedor de tapaderas para acciones encubiertas de la CIA, y para infiltrar los sindicatos de izquierdas. Lo sé porque eran especialmente activos en mi propio país, Australia. Obama no dice qué hacía en Negocios Internacionales, y puede no haber absolutamente nada siniestro, pero merece la pena preguntar y debatir como una pista sobre, quizás, de qué hombre estamos hablando.

Durante su breve periodo en el Senado, Obama votó a favor de continuar las guerras de Irak y Afganistan, votó a favor del Patriot Act, se negó a apoyar la ley para beneficios sanitarios pagados por el estado, apoyó la pena de muerte. Como candidato presidencial recibió mayor apoyo económico corporativo que John McCaine, prometió cerrar Guantanamo como prioridad, pero en su lugar ha justificado la tortura, restablecido las Comisiones Militares, ha mantenido el Gulag de Bush intacto, y se ha opuesto al habeas corpus.

Daniel Ellsberg (los Papeles del Pentágono) fue el primero en dar la alerta.  Advirtió que bajo Bush había tenido lugar un golpe de estado en los Estados Unidos, otorgándo al Pentágono un poder sin precedentes. Este poder ahora ha sido reforzado con la presencia de Robert Gates, un compinche de la familia Bush y también Secretario de Defensa de George W, y con todos los oficiales y generales de Bush en el Pentágono y en el Departamento de Estado que mantienen sus cargos con Obama. En medio de una recesión con millones en la que millones de estadounidenses pierden sus empleos y sus casas, Obama incrementa el presupuesto militar.  En Colombia, nada más, se propone gastar 46 millones de dólares en una nueva base militar alargando el trágico historial de intervencionismo de Washington en la región. En un seudo evento en Praga, Obama prometió un mundo sin armas nucleares a un público global que ignora que  Estados Unidos construye nuevas armas nucleares tácticas diseñadas para dejar atrás la diferencia entre entre la guerra nuclear y guerra convencional.

Al igual que George W. Bush, Obama usa el absurdo de una Europa amenazada por Irán para justificar la construcción de un sistema de misiles dirigidos en dirección de Rusia y China. En otro montaje desde la Academia Naval de Annapolis y engalanado de banderas y uniformes, Obama repitió el mantra Bush-Cheney-Rumsfeld de que EEUU había ido a Irak a llevar libertad. Anunció que las tropas de EEUU serían repatriadas. En contraste, el Alto Mando Militar, por voz del general George Casey, afirma que  Estados Unidos seguirá en Irak por la próxima década, mientras que otros generales aseguran que serán quince años.

Chris Hedges, el magnífico autor de Imperio de ilusiones, lo explica muy bien: "El presidente Obama", escribió Hedges, "hace una cosa y la marca Obama te hace creer que hace otra cosa. Se trata de la esencia de la publicidad exitosa. Compras o haces lo que los anunciantes quieren que hagas seducido por una sensación". Y así mantienen a los estadounidenses un perpetuo estado de infantilidad. Hedges le llama la política chatarra.
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(Extracto de conferencia del 4 de julio de 2009 en en el foro "Socialism 2009" en el Women's Building de San Francisco republicada en "Pilger desenmascara a Obama".) El vídeo completo en "Paísciego recomienda".

2 comentarios:

Prometeo dijo...

Obama es solo otro presidente más. Los verdaderos poderes son esos mismos que promueven las guerras y el intervencionismo para mantener a compañías productoras de armamentos en el negocio.

Adelante y éxito

Myrisa dijo...

Le han llamado el gobierno clandestino (shadow government). Recientemente escuchamos del sistema bancario clandestino que fue responsable del meltdown financiero. Todo a espaldas del pueblo.