2011-08-24

Gadafi: primero demonio, después darling y otra vez demonio

Gaddafi: primero demonio, después darling  y otra vez demonio.
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Es difícil no simpatizar con el objetivo de deponer a Muammar Gaddafi, cabeza de una plutocracia petrolera inserta en las finanzas mundiales y un déspota que apoyó con tropas y finanzas al carnicero Idi Amin.  Después de cuarenta años de régimen de Gaddafi, el 15 de febrero pasado, grupos de disidentes libios, inspirados por el éxito de levantamientos populares en Tunisia y Egipto, iniciaron una jornada de protestas  que arropan la región e incluye a otros países: Argelia, Bahrain, Yemen, Siria, entre otros.  En todos estos países, sin excepción, los que se manifiestan contra el régimen han enfrentado la violencia oficial.  En Bahrain las tropas de Arabia Saudí intervinieron directamente para suprimir a los manifestantes en un vergonzoso ejercicio de violación de soberanía nacional que ni la OTAN ni ninguno de sus países miembros ha denunciado.  Pero a la OTAN, Washington, Francia y el RU no necesitaron de un acto de violación de soberanía para iniciar una campaña militar de intervención en Libia.  La OTAN y Obama se valieron de un burdo análisis de civiles en riesgo para justificar la intervención militar en una guerra civil. 

Querido y muy estimado Gadafi.
Con la invasión de Irak y la captura de Saddam Hussein, flanqueado por Egipto y Tunez- regímenes aliados de Washington y la OTAN- y debilitado por fuertes sanciones económicas, el régimen de Gaddafi comenzó a sentir la presión para insertarse en el redil del sistema globalizado. A final de los 1990 uno de los grupos fundamentalistas que hoy participa de las fuerzas rebeldes intentó matarlo varias veces, una de éstas- se sabe-con la ayuda de inteligencia británica.  Gaddafi se alineó contra el jihadismo fundamentalista y emitió la primera orden de arresto contra Osama Bin Laden antes de los bombardeos en Sudán.   Tras encontrar causa común con sus enemigos de antes, a Gaddafi le fueron perdonados y puestos en la desmemoria las acusaciones por los crímenes del período de Guerra Fría:  Lockerbie (PanAm 103), las bombas en discoteca en Berlín, y su relación con la Brigadas Rojas, con Milosevic y la FARC y con casi todo grupo o movimiento opuesto a Occidente. Le fue perdonada, también, la masacre de Abu Salim.

Perdonado por Tony Blair, bendecido por Sarkozy, promovido por Bush.  Su corta carrera como portaestandarte contra el jihadismo. 


Gaddafi fue incorporado a la "política exterior ética" del laborismo británico bajo Tony Blair mediantes acuerdos comerciales suscritos desde el 2004, los que favorecieron por lo menos a 150 empresas británicas, entre éstas:  Shell, BP, British Airways, HSBC  y Marks & Spencer.  En el 2007 British Petroleum y su sucursal, la Corporación de Inversiones Libia firmaron un acuerdo de sociedad con la Compañía Nacional de Petróleo de Libia para la exploración de petróleo y gas natural en 54 mil km cuadrados en Ghadames, al sudoeste de Trípoli  y en el Golfo de Sidra.  Sus nuevas relaciones comerciales con el RU, le permitieron a Gaddafi adquirir de los británicos material de guerra y de control de insurgencias, computadoras militares  y aparatos y tecnología de inteligencia, vehículos blindados, cañones de agua y entrenamiento por policías británicos.  En el 2009, Libia esperaba inversiones directas por más de $2B. El último gran favor concedido a Gaddafi por el gobierno laborista de Blair fue la excarcelación por motivos de compasión de Ali Mohmet al-Megrahi, convicto por la explosión de un avión civil que mató a 270 pasajeros- casi todos americanos-  y residentes del poblado de Lockerbie en Escocia en 1988.  Cables diplomáticos revelados por WikiLeaks comentan la promoción de intereses comerciales británicos en la excarcelación de Megrahi.

En el 2007 el Presidente francés, Sarkozy y Gaddafi firmaron un acuerdo para la construcción de una planta nuclear de desalinización. En 2008 un conglomerado de petroleras europeas de España, Francia, Austria y Noruega firmaron extensión a sus contratos de exploración y producción compartida con la Compañía Nacional de Petróleo de Libia, aunque con una participación menor como revela un cable de la embajada en Tripoli. Gaddafi negoció, también, la construcción de un base militar rusa en territorio libio.  Reinició relaciones con EEUU y se convirtió en aliado de Bush contra el terrorismo jihadista en el mundo árabe. En el 2009 fue invitado del G8 por los mismos líderes de la OTAN que hoy buscan pulverizarlo.

La primavera árabe y la virazón contra Gaddafi

Los negocios nacionales libios de las últimas décadas han sido muy rentables a juzgar por los $6 billones de oro en reserva del país,  cifra que sorprende si se recuerda que Libya sólo tiene 6.8 millones de habitantes.  El año pasado, tras el derrame de petróleo en el Golfo de México, líderes ambientalistas cuestionaron el que BP iniciara la perforación en aguas profundas de Libia. Todo parecía miel sobre hojuelas en las nuevas relaciones de Gaddafi con sus nuevos aliados occidentales, aun con los planes de Gaddafi y otros líderes de montar una NATO en países del hemisferio sur.

En el 2009, después del meltdown de Wall St. y el desplome de los precios del petróleo, Gaddafi  redujo la producción del petróleo y amenazó con nacionalizar las operaciones petroleras en suelo libio. Una de las empresas más afectadas fue CONOCO Philips y su operación de la concesión de campos petroleros más grande de Libia.

Los eventos sangrientos tras las protestas civiles, forzaron a la BP a suspender operaciones desde el 21 de febrero pasado. En la segunda semana de marzo el director de la Cía. de Petroleo Nacional aseguró que los contratos con las petroleras serían honrados.  Sus palabras reconfortantes, empero, contradecían las histéricas amenazas de Gaddafi de anular los contratos y hacer negocio con otros países como Rusia y China.

Los poderes europeos se movieron a evitar la pérdida de los mayores yacimientos de petróleo en Africa y  consiguieron la movilización de la OTAN, alianza de posguerra entre países del Atlántico Norte para defenderse de ataques externos y que hasta ahora sólo ha intervenido en guerras civiles. El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó proteger a los civiles atrapados en el conflicto y la OTAN- cuyos recursos provienen en su mayoría de EEUU- tomó partido proveyendo fuego aéreo, coordinación y logística a los insurrectos, ataques robotizados, entrenamiento de las fuerzas insurrectas y apoyo con tropas terrestres. La Corte de Justicia Internacional, la que EEUU no suscribe y con razón considerando que viola la garantía de juicio por jurado de la Sexta Enmienda de la Constitución, no ofrece el derecho ni a juicio rápido ni a fianza y permite prueba de referencia, se alineó con la súbita antipatía de Sarkozy contra Gaddafi y emitió una orden de arresto contra éste.  Como era de esperarse, la orden de arrestar a Gadddafi sirivió para alinear grupos y personalidades al interior y constituye importante elemento de la estrategia general para deponer el régimen, como Rumsfeld lo había propuesto.

Obama que ha sido bastante blandengue a la hora de enfrentar los abusos de Wall Street y proteger los intereses de sus constituyentes, fue firme frente a los gobiernos que se opusieron a la intervención de la OTAN y mantener a EEUU en el conflicto sin la autorización del Congreso, asegurando que se trataba de una intervención de pocos días.  La intervención se prolongó por meses,  Obama alegó la defensa de un interés nacional y exigió la remoción de Gaddafi.  Los gobiernos de la OTAN se aprestaron a reconocer  a los embajadores enviados por el Consejo Nacional de Transición.  Liberales y miembros del caucus afroamericano que se opusieron a la guerra de Bush en Irak y a la deposición de Sadam Hussein, se encontraron otorgando un cheque en blanco a la política de intervención a control remoto de Obama y llamando "aislacionistas" a los republicanos y demócratas que se opusieron a esta nueva forma de hacer la guerra sin llamarla por su nombre.   El infame John Yoo de los memos convalidando la tortura de Bush, regaña a los "aislacionistas" republicanos y felicita a Obama. Obama acaba de tener su propio "Mission Accomplished".

Quiénes son los rebeldes

Existen informes contradictiorios sobre la procedencia y carácter de los grupos rebeldes.  El primer grupo del que se tuvo noticia fue el Consejo Nacional Libio. Su líder declaró que no eran un gobierno interino, no estaban buscando contactos en el exterior ni querían intervención foránea. Entonces parecía que la revolución libia seguría el camino de la egipcia, apoyándose en fuerzas internas.  Luego aparecieron otros grupos unidos bajo el nombre de Consejo Nacional de Transición con el propósito de deponer a Ghadaffi.  El frente fue constituído por una treintena de representantes de provincias y dirigido por  Mustafa Abdul Jalil, un ex juez del pueblo oriental de al-Bayida, quien renunció cuando estallaron las protestas, es la figura de mayor prominencia y se le reputa "limpio" y "transparente", según el Financial Times. Otras dos figuras de importancia son el reformista Mahmoud Jebril y Ali Aziz al-Eisawi, embajador en la India que también renunció al iniciar la crisis. Ambos han estado a cargo de las comunicaciones con la OTAN, la ONU y los gobiernos europeos. Otro importante miembro del Consejo es Ali Tarhouni, el profesor de la Universidad de Washington nombrado ministro de economía. Khalifa Haftr, un residente de Virginia, es el auto proclamado líder del ejército rebelde que enfrenta la autoridad del nombrado jefe del ejército. Otros miembros no han sido mencionados por razones de seguridad, se alega.  También participan grupos de Al Qaeda y Hesbollah y cuadros de la CIA.  Es vox populi la participación del grupo fundamentalista que intentó asesinar a Gaddafi en varias ocasiones, representado ahora por varios grupos que incluyen la Brigada de Martires 17 de Febrero señalada como responsable del asesinato del jefe militar del Consejo.  El Consejo se describe a sí mismo como un cuerpo transitorio que dirigirá hasta que Gaddafi sea depuesto y se adopte una constitución que prepare al país para elecciones entre partidos.

Apenas aprobada la zona prohibida a vuelos por el Consejo de Seguridad, la primera acción del Consejo fue la creación de una nueva compañía de petróleo nacional y un nuevo banco central con sede en Benghazi que naturalmente se nutrirá de las reservas en oro y de los activos en el exterior que fueron congelados por la ONU y traspasados al Consejo bajo la supervisión del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Como dice un gurú de los negocios: lo primero es asegurar tu paga. El Consejo también ha firmado acuerdos de petróleo a cambio de reconocimiento diplomático.  EEUU y la ONU dieron el visto bueno a los rebeldes para que vendieran el petróleo sacado de áreas bajo su control.  Por su lado, aceptó que tras la deposición de Gaddafi accederán al gobierno compartido por cuanto gobierno y bloques de gobiernos hay en la región. 

Apenas los insurgentes declaran victoria en Tripoli, el empresario de construcción Jusam Naijair, de la Brigada Revolucionaria de Trípoli advierte que la primera acción de su brigada será el establecimiento de puntos de chequeo para desarmar a todos, antes que los grupos empiecen a aninquilarse mutuamente.  Hace menos de un mes murió, en circunstancias extrañas, el ex ministro del Interior de Gadafi quien desertó para unirse a los rebeldes.  Abdel Fattah Younis fue arrestado y luego muerto a tiros. Younis era el único comandante militar de orientación secular entre los rebeldes y su liderato militar aportaba la posibilidad de recuperar los cuadros del ejército de Gaddafi para proveer estabilidad al nuevo régimen y evitar el error de las fuerzas de ocupación en Irak.

Tras la toma de Tripoli por los rebeldes, se conoce que la insurrección en Libia ha convertido a un líder jihadista en héroe revolucionario.  Abdelhakim Belhadj es el comandante del Concejo Militar de Tripoli en la operación para tomar a Tripoli, capital libia. A Belhadj se le conoce en círculos islámistas como Abu Abdullah Assadaq.  Es graduado de ingeniería y participó con el grupo libio del jihad en Afganistán, primero contra la URSS en 1988, luego en el 2004 contra EEUU.  Fue emisario de los mujadayines libios en los 1990 con el Grupo Combatiente de Islam en Libia que fue incluida en la lista de organizaciones terroristas luego del 9/11 y cuyo líder Abu Laith al-Libi fue líder de un campo de entrenamiento de Al Qaeda en Afganistán y enlace con el Talibán. 

¿Libia en la estrategia de guerra permanente de los neocons?

No hay que perder de vista la información vertida por Douglas Feith- subsecretario de Defensa- y el General Wesley Clark, ex comadante de la OTAN de que la intervención en Irak, Afganistán, Irán, Libia, Siria, Sudán y Somalia formó parte de los planes del Secretario de Defensa Rumsfeld después del 9/11.  Bush no aprobó la intervención directa excepto en Afganistán e Irak y Rumsfeld acomodó su diseño al de cambio de regímenes.   Obama es prueba de que las caras han cambiado pero no las intenciones. Y de que como dijo recientemente un autor:  "los intervencionistas liberales de Obama son neocons más amables y diplomáticos y los neocons de Bush son sólo intervencionistas liberales en esteroides".  

Una pregunta obligada a Obama es ¿cuántas vidas de no combatientes salvó? Otra pregunta legítima: ¿quién ocupará el vacío de poder en Tripoli.  Si resulta que los jihadistas lo logran, todos los errores de Bush combinados parecerán aciertos por comparación.
Wesley Clark sobre los planes de guerra.

1 comentario:

David dijo...

Libia: bajo nueva administración. Luego, a hacerse una foto con el strong man que le convenga a los intereses de las multinacionales.